…no puedo pagarme el lujo de
compartir mi tiempo con nadie… apenas me queda el suficiente para mí solo.
Hay una llama que arde en mi, y
todo lo que sé es que me hace pensar en usted. Estoy en mitad de una página y
veo su rostro… no borroso como los de mi pasado sino definido y vivo. Todo la
pagina y su rostro se borra, y entonces siento ganas de romper el libro y
arrojar los pedazos por todas partes.
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