Asi somos y punto.



La ciencia ya no es una vocación, es una profesión, una actividad humana igual de corruptible como cualquier otra. Los que la ejercen no son santos, son seres humanos, y hacen lo mismo que el resto de los seres humanos; mentir, engañar, robarse unos a otros, entablar demandas, ocultar datos, falsificarlos, darse una importancia exagerada y desacreditar injustamente a los que sostienen  un punto de vista opuesto. Así es la naturaleza humana, y nunca cambiara.


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