El hombre que no
quiere ganar no es amigo mío, decía. Si lo quieres hacer por amor al arte, por
diversión, búscate a otro. Solo los estudiantes de colegios privados se creen esa trola del juego por el
juego. No
hay alegría para los perdedores, hijo, ¿Qué he dicho?
No hay alegría para los perdedores.
Sé bárbaro, observa
las reglas, pero refuérzalas hasta el límite. Mientras puedas empujar, empuja.
No permitas que otro hijo de puta te diga algo distinto. Estas aquí para ganar.
¿Qué he dicho?
Ganar.