Y entonces empezaron a hablar de
política y de arte y de Dios. Nunca antes había oído a nadie decir que tal vez
Dios no existiera. Me horrorice, pues por primera vez me puse a pensar en lo
que significa la palabra Dios. Ahora comprendo que una de las grandes razones
de ir a la escuela a instruirse es
aprender que las cosas en las cuales uno ha creado toda su vida no son
realmente ciertas, y que nada es como parece ser.
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