La guerra de los mercaderes




En realidad, tampoco sentía deseos de muchas cosas, casi de nada, salvo de una sola cosa, y esa sola cosa no era del tipo del hambriento apetito físico que las pastillitas verdes tan bien anestesiaban. Se trataba de un anhelo mental, del recuerdo de un deseo, de la ilusión de sentir nuevamente …


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