Todo en esta vida son negocios.



El diablo no es, en modo alguno, lo peor que hay; preferiría tener tratos con él antes que con muchos seres humanos. Él hace honor a sus compromisos con mucha más prontitud que muchos timadores sobre la faz de la Tierra. Para ser honestos, cuando llega la hora de pagar, aparece al momento, justo a medianoche, recoge su alma y vuelve a su casa en el Infierno como buen diablo. Solo es un hombre de negocios como es debido.



-J. N. Nestroy


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