El cielo islámico
tiene sus huríes siempre disponibles y virginales, de manera que se convierte
en una casa de sexo. El cielo vikingo tiene a sus héroes celebrando banquetes
en Valhalla y luchando unos contra otros entre dos banquetes de manera que se convierte en un restaurante
y un campo de batalla eterno. Y nuestro propio cielo por lo general se
representa como un lugar en el que todo mundo tiene alas, toca el arpa y canta
himnos interminables de alabanza a Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario