Preludio a la Fundacion

—Tú eres un ayudante distinto.
—¿En qué forma? Hari, dilo. Si te oyes decirlo, tú mismo te darás cuenta de lo insensato de tupensamiento.

Seldon la miró largamente.
—No voy a decirlo..., porque no me importa —musitó.
—¿De verdad no te importa? ¿Deseas tomarme tal como soy?
—Te tomaré como debo. Eres Dors. Si eres algo más, no quiero a nadie más que a ti en todo el mundo.
—Hari —dijo Dors, con dulzura—. Yo deseo lo mejor para ti debido a lo que soy. Sin embargo, siento que si yo no fuera lo que soy, seguiría queriendo lo mejor para ti. Y no creo que yo sea buena para ti.
—Buena para mí o mala, me tiene sin cuidado. —Al decir esto, Hari dio unos pasos con la vista baja, como sopesando lo que iba a decir—. ¿Te han besado alguna vez, Dors?
—Desde luego, Hari. Eso forma parte de las relaciones sociales, y yo vivo en esta sociedad.
—¡No, no! Quiero decir, si has besado, de verdad, a algún hombre. Ya sabes, apasionadamente.
—Pues sí, Hari, lo he hecho. —¿Disfrutaste? Dors titubeó.
—Cuando he besado así —respondió—, he disfrutado más que si hubiera decepcionado a un
hombre que me gustaba, alguien cuya amistad significaba mucho para mí. —Al llegar a este punto, Dors se ruborizó y volvió el rostro hacia otro lado—. Por favor, Hari, todo esto me resulta muy difícil de explicar.

Pero Hari, más decidido que nunca, insistió: —O sea, que besaste por motivos equivocados, para evitar lastimar los sentimientos de alguien.
—Tal vez, en cierto sentido, todo el mundo hace lo mismo.
Seldon estuvo digiriendo esas palabras. —¿Has pedido tú, alguna vez, que te besen? —
preguntó de repente. Dors, como si repasara su vida pasada, esperó unos instantes.
—No —respondió.
—O, una vez besada, ¿deseaste ser besada de nuevo? —No.
—¿Te has acostado alguna vez con un hombre? —insistió con voz sorda, desesperadamente.
—Desde luego. Ya te lo he dicho. Esas cosas forman parte de la vida.
Hari la agarró por los hombros como si fuera a sacudirla:
Pero, ¿has sentido alguna vez el deseo, la necesidad de este tipo de acercamiento con una persona en especial? Dors, ¿has sentido amor alguna vez?

Dors levantó la cabeza con lentitud, y miró al fondo de los ojos de Seldon.
—Lo siento, Hari, pero no.
Seldon la atrajo hacia sí, rodeándola con sus brazos.

Entonces, Dors colocó con suavidad sus manos en los brazos de Seldon.
—O sea, Hari. Ya ves que, en realidad, no soy la mujer que tú quieres.

La cabeza de Seldon se inclinó y miró fijamente el suelo. Sopesaba la cuestión con suma atención y trataba de pensar con racionalidad. Entonces, renunció. Él quería algo, y lo quequería estaba más allá de sus pensamientos y más allá de la razón. Alzó la mirada.
—Dors, amor mío, incluso eso, ¡no me importa!
La rodeó con sus brazos y acercó su rostro al de ella, despacio, esperando que Dors elevara el suyo hacia él, hasta que casi se rozaban.

Dors no hizo movimiento alguno y Seldon la besó, despacio, suave, apasionadamente..., y los brazos femeninos se cerraron con fuerza alrededor de su cuello.

Cuando él separó sus labios ligeramente de los de ella, Dors le miró con ojos que la sonrisa entrecerraba.

—Bésame de nuevo, Hari... Por favor.

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