… el odio y la furia se habían desvanecido, reemplazados por
una absoluta certeza. No tenia por que envidiar a nadie, sabía que su poder,
esa noche, en ese lugar oscuro y encantado, era más grande que nunca, tan
enorme que la sensación de esa fuerza a duras penas retenida lo estremecía de
pies a cabeza.
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